Cien años de soledad.
"Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo"( fragmento de Cien años de soledad").
Con una voz en off que reproduce la archiconocida frase con la que comienza el libro, se inicia la serie que ha intentado con éxito recrear el mundo de Macondo.
Como no podía ser de otra manera el estreno de la serie basada en el libro de Gabriel García Márquez ha estado rodeado de polémica. En general se alaba el enorme esfuerzo de producción que ha supuesto plasmar en imágenes una obra narrativa tan compleja por lo difícil de trasladar a la pantalla su magia y sus descripciones. El autor nunca quiso que el cine pusiera cara a sus personajes, quería que la imaginación del lector ayudara a integrar lo fantástico en la realldad.
Los hijos de Gabo han cedido los derechos con la condición de que se rodara en Colombia y que la adaptación fuera lo más fiel posible al libro. Y así se ha podido hacer porque las tecnicas cinematográficas han cambiado notablemente y en 2024 se pueden cumplir las condiciones de la familia García.
El mítico e imaginario Macondo es el escenario donde se narra la vida de siete generaciones de la familia Buendia. Los ocho capítulos de la primera parte se centran en la pareja José Arcadio Buendia y Úrsula Iguarán, fundadores del pueblo y creadores de una dinastía muy singular. Él es un soñador que por la influencia del gitano Melquiades, se obsesiona con el mundo de la ciencia, la alquimia y los descubrimientos astronómicos. Úrsula será la que tome las riendas de la familia con fortaleza y pragmatismo. Por Macondo desfilarán multitud de personajes peculiares en un espectáculo mágico que rinde homenaje al texto original.
Pero lo difícil era trasladar a imágenes lo que de verdad la obra quiere transmitir: los ciclos de la vida, el peso de la memoria, la soledad, la fragilidad del poder. En resumen, que la magia literaria llegue a los espectadores. Y eso lo consigue en gran parte gracias a su impecable ambientacion y a la magnífica labor de sus intérpretes. El maquillaje, el vestuario, la fotografía y los escenarios son espectaculares pero llevar la imaginación y la magia a la pantalla es una tarea dificil y en algunos pasajes esa fantasía no llega a plasmarse en la pantalla.
Una serie como ésta no deja indiferente ni al espectador ni a los críticos, no es de extrañar que surjan detractores y entusiastas. Se le ha criticado que los capítulos sean tan largos, los vaivenes en el ritmo narrativo, la escasa naturalidad de algunos diálogos y que a veces las escenas no sean capaces de captar la vitalidad de los personajes. Incluso se cuestiona que la voz en off, que aporta unidad a la narración, sea un acierto. A mí sí me lo parece, creo que es un elemento de enlace con el libro. Y en cuanto al ritmo, si se busca que la serie sea fiel al original, tiene que ser pausado y reflexivo. La adaptación transmite en cada episodio la pasión y el respeto por la obra y es muy loable el trabajo que ha realizado el equipo de producción.
No son comparables la literatura y el cine y esa es una realidad que deberíamos afrontar. En la serie, disfrutamos con las imágenes, con la música, con la ambientacion, con el costumbrismo tan bien captado, pero la forma de narrar de García Márquez es insustituible. Lo importante de la serie es que puede llegar a millones de personas en todo el mundo y conseguir que su legado siga estando vivo. Si además sirve de reclamo para que muchas personas sientan la necesidad de releerlo o la curiosidad necesaria para acercarse a su obra por primera vez, será un triunfo cultural. Solo falta esperar que la segunda parte también esté a la altura.
Colombia, 2024
Comentarios
Publicar un comentario